Durante media hora (no vayáis acompañadas de un chico con el que quedáis para tomar algo, porque el disfrute de tiempo será menor), pude probarme varios Modelos. Unos stilettos rayados en tonos amarillos, una sandalia verde que recodaba a un pequeño frondoso árbol, y los que más me gustaron: una sandalia abotinada, en tonos fuchsia y verde, inspirados en los botines de Maria Antonieta. Un modelo barroco y versallesco que me permitió imaginarme en medio del Gran Versalles bailando enmascarada en una lujosa fiesta de la corte.

Y es que unos manolos no son simplemente unos zapatos: son pequeñas obras de arte, piezas únicas y exclusivas.

Estos son los Mary Jane, el clásico modelo de Manolo, un zapato índescriptiblemente cómodo, que marca demasiado estilo. Subirte a estos zapatos te hace sentir muy a gusto, pisar con carácter.
Toda mujer deberia tener sus Manolos, que pena que sean tan exclusivos y que se limite la suerte a unas pocas ganadoras. Y por suerte puedo decir que tengo unos Mary Jane.
Si pasáis por delante del hotel, entrar y admirar estas pequeñas esculturas de la moda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario