lunes, 8 de agosto de 2011

De cInE

La vida te puede dar un revés en cuanto menos te lo esperas. Y sino que se lo pregunten a Guillaume Canet que ha dirigido a su compañera sentimental en una gran película rodada en Paris y la Costa francesa. El papelón de Marion Cotillard no pasa desapercibido en la película "Pequeñas mentiras sin importancia".

La historia no os la voy a contar porque perdería la gracia la película. Pero con decir que salí llorando del cine es más que suficiente.

La película es una oda a la amistad eterna en un grupo de amigos, esa amistad que perdura pese a los problemas y roces que puedan surgir.


                                        

Pero la historia no se queda en eso. Y es que la vida va más allá, por eso hay que disfrutarla y vivir todos los pequeños momentos antes de que pueda ser demasiado tarde.

Y no decir nunca. Ya que, como sucede en la película, en el momento más inesperado puede pasar algo que te haga descubrir que la vida es más corta de lo que creemos. Y las personas demasiado importantes para defraudarlas o hacernos daño entre nosotros.

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