jueves, 3 de noviembre de 2011

DesTeRraNdo El CorSé

El modisto francés conocido en los circulos fashionistas como el Rey de la moda, Paul Poiret, pudo presumir a lo largo de su carrera de conseguir liberar a la mujer de la opresión que sufría por el apretado corsé que se enfundaba para marcar cintura. Una liberación que marcó un punto de inflexión en el mundo de la alta costura parisina.

                                      


Siempre se le han comparado sus aportaciones al mundo de la moda con las de Picasso al arte. La innovación de ambos ofreció una nueva manera de ver ambos mundos desde el punto estilístico, una ruptura que permitió ver ambas realidades desde otra perspectiva. Picasso fue el precursor del cubismo, Poiret lo fue del Art decó.

Hijo de una familia humilde, su padre era comerciante de telas, gracias a sus habilidades con las técnicas del dibujo, en 1896 consiguió un puesto en el taller del modisto Jacques Doucet, dónde aprendió las técnicas de la alta costura y cómo manejarse dentro de un negocio de moda.

En 1901 se trasladó a la casa del modisto Worth, el taller de costura más importante del momento. Allí aprendió todas las técnicas que caracterizaron su estilo "imperio". En el año 1902, ayudado por Doucet, decidió lanzarse a la aventura y abrir su propia casa de costura. Su objetivo: devolver la naturalidad de la mujer a la hora de vestirse.

                         

Para ello eliminó todo rastro del corsé en sus patrones. La mujer debía sentirse ligera, sin ataduras. Buscaba la sensualidad de lo etéreo. De ahí que recuperase el estilo imperio: cortes suaves, ligeros, con movimiento, líneas fluidas, simples pero a la vez muy elegantes . Vestidos amplios sin corsés ni enaguas.


                               

La actriz Réjane fue su primera clienta, una clienta que luciendo sus creaciones le dio gran popularidad y publicidad al modisto en sus comienzos.

                                       

Pero la Gran aportación al mundo de la moda fue la creación de la falda de medio paso. Una falda que se estrechaba desde los muslos hasta la rodilla, lo que complicaba el caminar por lo que en el momento de su creación, allá en 1910, la acogida por parte del público femenino resultó un fracaso.


                        

                                                      

Para la noche, los vestidos de inspiración helénica brillaron en París a lo largo de dos décadas, convirtiéndose en pequeños tesoros muy codiciados por a alta burguesía. Diseños adornados con borlas, lazos, estolas de pelo, plumas de colores.

                                        


Sus diseños inspirados en la vestimenta oriental catapultaron al modisto francés a la fama parisina. Túnicas, vestidos vaporosos, faldas "Sultana" con borlas y flecos de perlas, puntillas de oro y plata, pieles, joyas, sedas, bordados recargados, estampados sofisticados, kimonos, caftanes y pantalones bombachos.


                                         

                                          

Unos diseños fuertemente inspirados por el Ballet Ruso, recién llegado a la capital parisina. Sergei Pavlovich marcó una época en la era parisina de los actos sociales.

Pero Poiret también será recordado por convertirse en el primer modisto de alta costura que lanzó un perfume. "Les parfums de Rosine", una creación en honor a su hija mayor, cuya acogido fue todo un éxito gracias a su perfume "Toute la Forêt".

A lo largo de la primera guerra mundial, se vio obligado a cerrar su atelier de costura. Cuando lo reabrió, su gran fama se fue difuminando a lo largo de los años 20, conforme fue creando vestidos con escotes más profundos y faldas cada vez más estrechas, unos diseños que fueron cayendo en lo ordinario conforme aparecían nuevos creadores revolucionarios, como fue el caso de Coco Chanel.

Competidora directa de Poiret, en una ocasión le llegó a decir que "si vestía de negro, era porque llevaba luto por él".

En el año 1929, tras un intento de no quebrar al vender la firma n 1925, tuvo que cerrar definitivamente su casa de costura. Su éxito estaba olvidado, no podía competir con la nueva dama de la moda Coco. Si bien el mismo Poiret atribuye su fracaso a que "si bien liberé los senos, encadené las piernas. Las mujeres se quejaban de no poder caminar por la calle, ni subirse al coche."

                                                  

Paul Poiret, un hombre que fue un visionario en el mundo de la moda, murió en 1944 en el olvido y rodeado de una tremenda pobreza. 
                 

Pero siempre estará presente en la historia de la moda gracias a la revolución que introdujo en la vestimenta de la mujer y su lucha anti encorsetamiento.

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