domingo, 6 de noviembre de 2011

Menos de un día

Se acerca el gran día. Mañana a estas horas, me estaré subiendo a un avión de American Airlines con destino: "the Big Apple". Sí, Nueva York tiembla, porque allá vamos mi madre y yo.


Mañana cruzaremos el Atlántico, para disfrutar de nuestra compañía durante una semana.

Desde que tengo uso de razón, he querido ir a NY. Siempre he deseado perderme por sus calles con corazón de acero, mirar todos los espléndidos escaparates que te van acechando, o tomarme un café mientras contemplo embelasada el escaparate de Tiffany, en plena 5th Avenue.

Jamás pensé que mi primera vez en una ciudad tan ideal para ir de shopping, empaparte de cultura o admirar edificios que parece que tocan el cielo sería al lado de mi madre. En compañía de una persona que siempre estará a mi lado. Así que no me arrepiento para nada de regalarle este viaje a mi madre. Al contrario, disfrutaré de su compañía y deseo ya estar allí con ella patinando.

Cierto que me muero de ganas de ir de shopping, que he marcado en mi mapa millones de crucecitas indicando aquellas magníficas boutiques que no quiero perderme por nada del mundo, tanto los escaparates de las grandes maisons francesas como tesoros vintage que son un reflejo de una ciudad que nunca descansa, siempre está abierta para quién decida saborear su compañía.

Pero sobretodo quiero desconectar, reencontrarme con mi madre, reír y disfrutar de NY a su lado.

Pongo el cartel de colgado por vacaciones durante unos días, esos días en los que quiero comerme mi "gran manzana" con la vista, saborearla con cada paso que vaya dando en compañía de mi madre.

Sólo me queda decir: "Bon Voyage".

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