Paseando por el Financial District, en un rinconcito entre tanto rascacielo, se encuentra una pastelería-salón de té con mucho encanto.
Rodeada de un pequeño pero frondoso jardincito, en "Financier" se reúnen, para la pausa del café, los ejecutivos de altos vuelos. Una pequeña Patisserie muy parisina, dónde no debes irte sin probar su especialidad, si bien es cierto que con cada consumisión que realices ya se encargarán de ello: las famosas y codiciadas magdalenas "financier". Eric Bédoucha es el pastelero encargado de elaborar estos pastelitos homonimos. Muy mantequillosas, se derriten en la boca con sólo dar un primer bocado. De forma alargada, abstenerse todo aquél que no disfrute con pequeñas "sucreries" realmente muy dulces.
Allí recibí mi primera alabanzas a mis botas mosqueteras de Zara del invierno pasado. Ni más ni menos que una ejecutiva vestida con un traje de Chanel, con zapatos Jimmy Choo y un bolso de Hermès, me preguntó por ellas. Y es que para las americanas, Zara es una marca más bien cara. Con una tienda impresionante en la quinta avenida, el imperio español se ha hecho un hueco entre la clientela de gama alta. Así que no se extrañó de que fuesen de allí. La que se extrañó fui yo cuando, visto como iba vestida, me contó que le encantaba comprar allí y que siempre que podía vestía algo de Zara.
Qué cosas: yo mataría por su bolso Hermès y ella por unas botas que me resultaron bastante económicas y que están un poco desgastadas por su uso.
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