Así que ha sido verla y quedármela. Porque, sabiendo el funcionamiento de Zara, es decir que cada semana encuentras ropa nueva y la "vieja" (por llamarlo de alguna manera) va desapareciendo de las tiendas o se va agotando, en cuanto he encontrado mi talla me he ido tan contenta con ella a la caja. Y nada más llegar a casa, antes siquiera de quitarme el abrigo, ya la tenía colgada dentro de mi armario de primavera con mis nuevas adquisiciones. Esos pequeños tesoros que ya me voy comprando y guardando hasta que se vaya esta ola de frío y pueda estrenar. Y es que ya tengo ganas de vestir mis outfits diarios con prendas más ligeras y colores pastel y ponerme en los pies unas buenas cuñas o sandalias de tacón para pisar con fuerza el asfalto.

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